sábado, 4 de agosto de 2007

Más obstáculos en el camino.



El pergamino que compré enrollado y que he tenido tantísimo tiempo con peso encima, ahora en el momento de utilizarlo resulta que se curva tantísimo como puede, que es mucho. Tendré que ver cómo los copistas medievales fijaban el pergamino al tablero aunque se me está ocurriendo a mi la solución: cortar unos triángulos de cartulina y fijarlos al tablero con chinchetas, sin agujerear el pergamino y sin que el borde de la chincheta deje huella sobre el delicado material

Ya he empezado ¡Ya no hay quien me pare!


Una hora he tardado en hacer el rayado de la primera página. Aún he de buscar las plumillas que no recuerdo dónde las tengo, pero ya es cuestión de hacer una página por día y en 152 días, para el cuatro de enero del año que viene espero tenerlo listo para la encuadernación. Salvo que olvidaba las pinturas que, como ni son pequeñas ni llevan minio, no llamaré miniaturas.

Hoy empiezo a trabajar el pergamino.






Hoy cumple un mes mi nieto. Ya tengo listo el scriptoria. Como no hubiera podido colocar en sitio alguno mi mesa de dibujante y mi banqueta he decidido utilizar la mesa del Mac tal como se ve más arriba. Me va a servir estupendamente aunque tiene demasiada pendiente, pero es "lo que hay". Pienso llevar un registro de horas dedicadas a mi labor de copista.

Como dice mi padre ¡Alegría y bienaventuranzas!