viernes, 22 de septiembre de 2017

Escrito el miércoles, 13 de diciembre de 2006


El escrito es largo. Podríamos decir que, en pergamino, ocupa  las páginas 8 a 13, ambas inclusive,  del libro definitivo del que tan solo tengo realizadas las 100 primeras. Y el título se refiere al texto escrito en la fecha indicada en la entrada de hoy en este blog. La fotografía de abajo, corresponde a las páginas doce y trece. La ecografía prenatal de mi nieto mayor la terminé de pintar (véase cómo quedó de alabeado el pergamino en su borde derecho) el jueves, 30 de julio de 2009. Indico hora, minutos y segundos. Son secuelas psicológicas de la copia de una ecografía de General Electric.
Lo que tengo manuscrito alcanza a la página cien del texto de donde voy copiando, que en su totalidad comprende 192 páginas como mínimo. Y, además, de esas cien primeras páginas tengo una a medias que es la que voy a empezar a publicar aquí, próximamente, conforme vaya avanzando. Es la más difícil.
He perdido una cantidad de tiempo tremendamente enorme buscando el texto en el ordenador y unificando archivos, cuando resulta que ya lo tengo todo impreso, sólo para copiar. Hace tanto que no trabajo, que lo había olvidado por completo.
Y he encontrado mis preferencias sobre si utilizar el pelo o la carne según para qué y ahora voy a buscar en qué B.O.E. se determinó que el pergamino se midiera en pies cuadrados. A lo mejor ya se mide en el sistema métrico decimal, pero me es igual, ya lo tengo todo comprado. Sólo es por recordar un dato.
Bueno, tengo una investigación sobre el Pie de Castilla (tercera parte de la vara) y veo que mi primer encargo de pergaminos fue de 10 pieles de 9 pies, y medidos según una supuesta disposición del B.O.E. nº 349, del 15 de diciembre de 1943. Pero no he podido verificarlo; sin embargo, las medidas son las inglesas como puedo comprobar cuando recibo la primera entrega de pieles de oveja. Copio de mí mismo y de mi mismidad:
«Se me ocurre que no sea una medida de oídas, con el grabado de la inscripción del BOE en la vara de medir para darle más fuerza, suponiendo que nadie va a ir a comprobarlo. Que quizá sea la medida inglesa, y miro mi metro y arriba veo que, efectivamente, cada doce pulgadas, señala en rojo ft., que coincide, aproximadamente, con los 30,48 cm. que decía Javier; voy a mi diccionario y busco pie: foot. ¡Eureka! ¿Cómo se pronunciará? Fácil: balompié, de balón-pie, el nombre que se trató de dar al principio en España, cuando los ingleses lo trajeron a las minas de Río Tinto, provincia de Huelva, a este deporte».
Y nada más por hoy sino añadir, para finalizar, que acabo de encontrar todos los impresos en papel de donde copiar en mi pergamino de piel de oveja; porque soy pobre, que si no fuera el caso, me habría podido permitir la piel de ternera, y, si me toca la lotería, para mi nieto menor compraré vitela, que ya no sé si se fabricará (ni siquiera sé si se fabrica el de oveja) que es lo más suave: de feto de ternera embarazada. No creo que los animalistas lo permitan.
¡Ah! Una última cuestión: empleo tintas chinas y acuarela. Para el colofón utilicé témpera y lo tengo en una carpeta, hecho una pena, se desprendió en gran parte. Sí, empecé el colofón antes de haber terminado. Cuestiones idiosincráticas.


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